sábado, 24 de enero de 2009

B088- La Unión Cívica Radical. 3ra Parte

Boletín de fecha 21 de marzo de 2007

Un nuevo gobierno de facto

Una vez producido el derrocamiento del gobierno de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), el 28 de junio de 1966 se inició el gobierno de la llamada Revolución Argentina. Al día siguiente el general ( R) Juan Carlos Onganía, asumió de facto la Presidencia de la Nación con un significativo apoyo de la mayoría de las organizaciones políticas, sindicales y sociales del país.

De inmediato la corriente mayoritaria, justicialista y ortodoxa del sindicalismo, con Augusto Timoteo Vandor como cabeza, negociaba sus relaciones con el gobierno de acuerdo con las directivas de Perón y su idea de “desensillar hasta que aclare” .

Paralelamente crecía, con base en Córdoba, el sector gremial combativo de izquierda encabezado por Agustín Tosco, en función del cambio de estrategia adoptado por Cuba luego del fracaso y muerte del “Che” en Bolivia que consistía en infiltrar a las organizaciones obreras y alentar los movimientos insurreccionales de masas. Con tal objeto el Partido Comunista cubano destacó a su agente Rodolfo Walsh para perpetrar esos objetivos.

En 1968, ya la intención de ese sector era la de disputar el liderazgo de la Confederación General del Trabajo utilizando para ello un “Congreso Normalizador de la CGT” que no tuvo éxito, ya que el sector oficialista liderado por Vandor decidió suspenderlo y retirar sus delegados. La ruptura se convirtió en un hecho; todas las controversias y el enfrentamiento se manifestaron por medio de declaraciones periodísticas.

La tendencia revolucionaria se adjudicó la victoria y nombró , en minoría y sin respaldo estatutario, una nueva mesa directiva de la CGT a cuya cabeza colocó al dirigente de la Federación Gráfica Bonaerense, Raimundo Ongaro, que pasó a denominarse la CGTA (de los Argentinos). Su asiento fue fijado en la sede de esa Federación ubicada sobre la avenida Paseo Colón, de ahí que por oposición a la CGT oficial de calle Azopardo, también se la llamara “la CGT de Paseo Colón”

El radicalismo se acerca a la izquierda sindical no peronista

Dos meses después, Ongaro y Tosco encabezaron un acto en Córdoba para dar a conocer el contenido programático de la CGTA. El acto contó con la inesperada presencia del ex presidente radical Arturo Humberto Illia , quien se abrazó en el estrado con Ongaro. Ese acto coincidió con la celebración del Día del Trabajo , por lo que el extenso documento - cuyo redactor fue Rodolfo Walsh - llevaba como título “Programa del 1ro. de Mayo” . A lo largo de sus páginas, prácticamente, se exponían los mismos lineamientos que los enunciados en el pronunciamiento lanzado durante un plenario de las 62 Organizaciones Gremiales, en la localidad cordobesa de Huerta Grande en 1962, a instancias de Andrés Framini y Amado Olmos, programa de extremo corte socialista que fue adoptado como modelo , casi sin excepciones, por todas las organizaciones terroristas subversivas.

El 19 de mayo de 1969, la conducción del radicalismo anticipó un inmediato conflicto en las universidades, reflexión que se amplió con el anuncio de la entrevista entre dirigentes estudiantiles con la plana mayor de la CGTA (de Paseo Colón). Las noticias posteriores confirmaron su existencia. La UCR realizó un congreso partidario con amplia cobertura periodística en primera página, para postular “la lucha revolucionaria en la que el pueblo de la Patria deberá intervenir a fin de cambiar las estructuras”... .Enseguida, tras adherir a la Revolución Francesa y a la Rusa de 1917, las deliberaciones, que contaron con la presencia de los ex presidente y vicepresidente de la Nación, Arturo U. Illia y Carlos Perette, continuaron para marcar una actitud absolutamente opositora, centralizada en el reclamo electoral y un reiterado apoyo a los sectores más duros del espectro laboral. Secretarios de la reunión fueron Eduardo Angeloz y Víctor Martínez.

No fue la única definición del radicalismo. Meses antes- abril de 1968 – mientras preparaba la organización de su Movimiento de Renovación y Cambio, el Dr. Raúl Alfonsín, le escribió una carta al titular de la CGT de los Argentinos, Raimundo Ongaro, en la que le dijo entre otras cosas que quería hacerle llegar “y por su intermedio a los muchachos dirigentes gremiales que han sabido definirse con valentía contra la dictadura, las expresiones de mi solidaridad. Ustedes han sido leales al mandato de las bases y se colocan junto al pueblo”. Alfonsín estaba montando su estructura política con la izquierda radical, casi sin matices. Para fortalecer su posición ideológica, después de esa carta, buscó y obtuvo una conexión con el trotskysta Agustín Tosco. Más tarde, elementos partidarios y universitarios que responderían al futuro alfonsinismo, adquirieron sus primeras experiencias de violencia política durante el “Cordobazo, el 29 de May 1969 (Ver Boletín Nro 10) y los sucesivos brotes insurreccionales que le siguieron (“Rosariazo”, “Viborazo” y “Mendozazo”)

Nace “La Hora del Pueblo”

Luego del secuestro del general Aramburu – a un año exacto del “Cordobazo”- por Montoneros y su posterior asesinato; a pedido de la Junta Militar, el 8 de junio de1970, renunció el general Onganía y el 18 de ese mes asumió el general Roberto M. Levingston.(Ver Boletín Nro 12). El 4 de noviembre de ese año asumía en Chile como presidente: Salvador Allende Gossenss.

Ese año, 1970, aparecieron públicamente las organizaciones terroristas subversivas “Montoneros”, “Fuerzas Armadas Revolucionarias” (FAR) y “Ejército Revolucionario del Pueblo” (ERP) cometiendo numerosos e importante crímenes y otros hechos. A raíz de esta situación y los desórdenes del país vecino, dirigentes políticos multipartidarios propiciaron dos reuniones de coordinación para la acción política, participando en la última, entre otros, Ricardo Balbín y Daniel Paladino, el delegado de Perón.. De allí nació esa multipartidaria que se denominó “La Hora del Pueblo” a la que los radicales intentaron dominar.

Como resultado del segundo hecho insurreccional en Córdoba denominado “Viborazo”( Ver Boletín Nro 13) y por desavenencias con Lanusse, fue destituido el general Levingston, asumiendo aquél como presidente el 26 de marzo de1971, con retención del cargo de Comandante en Jefe del Ejército y de Presidente de la Junta de Comandantes. El Dr. Arturo Mor Roig fue designado Ministro del Interior por lo que renunció a su afiliación a la UCR y, hasta su cruel e inexplicable asesinato por Montoneros, fue el artífice del plan político del presidente Lanusse.

Nace la Junta Coordinadora Nacional de la UCR.

Como un aspecto muy particular, debe considerarse la aparición de una corriente ideológica de izquierda en el seno de la UCR . Todo nació en noviembre de 1968, cuando un grupo de unos sesenta jóvenes partidarios se reunieron el 1ro de ese mes en la localidad santafecina de Setúbal, para deliberar durante tres días con la finalidad de conformar una agresiva línea interna. Allí se produjo el nacimiento de la Junta Coordinadora Nacional (JCN). Casi todos tenían militancia partidaria y, al igual que lo que sucedía con una parte de la juventud peronista, estaban influidos por lecturas o contactos personales que muchos de ellos habían mantenido con figuras como Juan José Hernández Arregui, John William Cooke, Rodolfo Puiggrós, Rodolfo Walsh, Silvio Frondizi y Juan Gelman, todos de concepción ideológica marxista.

Como clara expresión de que sobre este sector partidario también se habían volcado las ideas que estaban en boga, durante el debate se planteó como objetivo irrenunciable la necesidad de instrumentar una línea interna cuya meta sería: la toma del poder. Algunos de los oradores llegaron a proponer la posibilidad de ingresar a la lucha armada para obtener ese objetivo. Concretamente se habló de reagrupar a la dispersa Juventud Radical , conectarse con otros sectores partidarios, tal como su denominación adoptada lo indicaba.. Se formularon críticas a las viejas dirigencias pero lo que surgió con más fuerza fue el adherir a las ideas que en ese entonces caracterizaban a la izquierda revolucionaria.

Fue muy significativo la insistencia en las agudas críticas a las dirigencias tradicionales, sin excluir al veterano y hasta entonces indiscutido Ricardo Balbín. Con el correr de los meses, la JCN encontraría en el ex diputado por Santa Fe, Luis Cáceres,a uno de sus principales dirigentes. Otros fundadores fueron Sergio Karakachoff, Lionel Suárez, Julio Ibarra, Roque Mario Tito, Pedro y Guillermo Aramburu, Ramón Bautista Mestre, Jorge Miguel Molinero, Victor de Martino, Juan Carlos Montero, Néstor Golpe y Marcelo Stubrin. Luego se incorporarían Federico Storani, Leopoldo Moreau, Rodolfo Puente, Adolfo Stubrin, Carlos Becerra(h) y varios más.

Todos se comprometieron a luchar “hasta las últimas consecuencias” y definieron su posición como “nacionalista, popular y revolucionaria” y decidieron crear “un frente de resistencia juntamente con todas las fuerzas populares...para derrotar a la dictadura militar...e instaurar un gobierno democrático y popular en el camino de la definitiva liberación de nuestra patria”. En sus documentos la JCN decía oponerse “al dogmatismo clerical” a “los sectores preconciliares de la Iglesia Católica”, criticaron a la CGT oficial, respaldaron a la CGT de los Argentinos , adhirieron a Ongaro y a Tosco, saludaron al “heroico pueblo vietnamita” y propusieron un programa económico y social dirigista bajo la cogestión obrera. Los pronunciamientos iniciaron un proceso de crisis en la UCR y limitaron la capacidad de maniobra por parte de la vieja dirigencia partidaria.

Cuando el gobierno de Lanusse, levantó las restricciones políticas y anunció las elecciones, algunas de las figuras más tradicionales del viejo radicalismo adhirieron al Encuentro Nacional de los Argentinos (ENA) controlado por el Partido Comunista y dirigido por Jesús Porto. Entre ellos figuraban Aldo Tessio, Conrado Storani, Carlos Becerra y Antonio Scipione, quienes más adelante, tal como lo harían luego los jóvenes de la JCN, se sumarían al Movimiento de Renovación y Cambio que inspiraba Raúl Alfonsín.

Postura radical en la Ley de Amnistía de 1973.

El 26 de mayo de 1973, ya liberados los presos terroristas subversivos y presionadas las Cámaras para tratar y acordar rápidamente en conjunto la Ley de Amnistía, a escasas veinticuatro horas de la transmisión del mando, se produjeron en el Congreso Nacional declaraciones altisonantes, concentraciones en sus puertas y amenazas dentro con individuos con armas en las galerías, para el caso que no se cumplieran todas las exigencias de las nuevas normas (proyectos de leyes) que iban a dejar inerme Estado y a la sociedad del embate terrorista revolucionario que se venía.

Para hacer conocer el pensamiento del radicalismo, y en nombre de éste, el diputado Hipólito Solari Yrigoyen indicó que “ la violencia no se da aislada el la Argentina sino en el contexto de una realidad mucho más amplia en la que se enfrentan opresores y oprimidos, en un clima que rompe evidentemente la convivencia humana”. Puso como ejemplo a los desórdenes del “mayo francés” y ya más preciso, aseguró que “esta violencia que califica la vida moderna es el resultado de una sociedad injusta en la que unos seres humanos oprimen a otros”. Ponderó al “Cordobazo” que definió como la “síntesis de la resistencia a la opresión”, calificó de “tribunal repugnante” a la Cámara Federal en la Penal que había juzgado acorde a derecho, a los terroristas subversivos y afirmó que: “en el ciclo que ayer concluyó, la principal fuente de violencia provenía de las minorías que no aceptaron de modo alguno coartar sus privilegios”.

Fernando de la Rúa fundamentó el proyecto de la Unión Cívica Radical, que extendía la amnistía a los desertores del servicio militar y a quienes quedaron incursos en delitos cometidos durante el cumplimiento de sus funciones y abogó por “el reencuentro de los argentinos”.

En 1975, luego de sucesivas gestiones justicialistas ( Cámpora, Lastiri, Perón y María E. Martínez) en las que los últimos mandatarios promulgaron leyes y dictaron decretos para enfrentar a las organizaciones armadas terroristas, las FFAA en cumplimiento de esas normas constitucionales, iniciaron las operaciones contra las mismas en los ámbitos rural y urbano.

Último gobierno de facto.

Transcurrido ese año del gobierno del justicialismo y cuando la sociedad argentina requirió una solución al desgobierno, la inseguridad y el vacío de Poder y sus dirigentes políticos decían “ que no tenían respuestas ni soluciones a proponer” ( Dr Ricardo Balbín),
En marzo de 1976, las FFAA se hicieron cargo del gobierno nuevamente. El radicalismo fue el partido político que mayor número de colaboradores en calidad de funcionarios aportó al gobierno de facto. El llamado Proceso de Reorganización Nacional, luego de aniquilar las estructuras armadas terroristas y de entablar una guerra convencional limitada con Gran Bretaña por la posesión y soberanía de las Islas Malvinas entregó el país a un nuevo gobierno democrático, de la Unión Cívica Radical, presidido por el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, el 10 de diciembre de 1983.

FIN DEL BOLETÍN Nro 88.-

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