Boletín de fecha 07 de marzo de 2007
Breve historia del partido de la UCR.
La existencia de la Unión Cívica Radical, constituye una muy importante parte de la historia política de nuestro país. Su nacimiento y evolución marcaron hitos trascendentes, por cuanto su acción y participación, tanto como gobierno u oposición, siempre estuvieron presentes en los más importantes hechos de la vida de la República. del siglo XX.
A fines del siglo XIX, luego de un acto espontáneo y multitudinario en el denominado “Jardín Florida” ubicado en la intersección de las calles Florida y Paraguay de Buenos Aires, se creó la “Unión Cívica de la Juventud”, sobre la base de las ideas que expusieran las personalidades más importantes de las fuerzas opositoras al gobierno del Dr. Miguel Juárez Celman. Entre sus oradores estuvieron Aristóbulo del Valle, José Manuel Estrada , Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Posteriormente, esa agrupación política, abandonando el aditamento “de la juventud”, se organizó en todos los distritos de la Capital y en algunos pueblos bonaerenses.
Al decir del Dr. Arturo Frondizi: ... “muchas fuerzas opositoras se estaban gestando en el trasfondo de la opinión pública: católicos resentidos por la aprobación de leyes liberales; mitristas cansados de su largo ayuno político; gente que había perdido su fortuna en las especulaciones bursátiles; patriotas a quienes repugnaba el estilo despótico, centralista y antipopular del gobierno”.(“La Nación Argentina y sus Fuerzas Armadas” Ed, Militar 1992)
Luego del encuentro político que se llevó a cabo el 13 de Abril de 1890 en “El Frontón”, la“ Unión Cívica” nombró su primera Junta Ejecutiva integrada con personalidades muy representativas de la época. Finalmente se resolvió que sólo quedaba “el camino de las armas” y que el movimiento revolucionario debía ser “totalmente civil y basarse en comandos populares”. No obstante ello, conocedores que dentro del Ejército ya tenía existencia un grupo militar que conspiraba, Alem y A. Del Valle los entrevistaron y pactaron con ellos.
Finalmente, el 26 de julio de 1890, un grupo de civiles encabezados por Leandro Alem se hizo presente en el Parque de Artillería, tomando posesión de éste. El jefe militar del movimiento revolucionario era el general Manuel Campos, pero no alcanzó a actuar durante la revuelta en razón de su detención ocho días antes de que estallaran los enfrentamientos, debido a que el presidente Dr. Juárez Celman y su Ministro de Guerra ( el general Roca ) tuvieron conocimiento anticipado.
El alzamiento se desarrolló entre intrigas e infructuosas tratativas de todo tipo. Iniciados los hechos, todo lo hicieron desorganizadamente; sus jefes civiles eran improvisados. Se produjeron unos tres días de combates en los alrededores del “Parque”, extendiéndose también a otras zonas de Buenos Aires. Finalmente el intento revolucionario apoyado por la Unión Cívica fracasó.
Con ese fracaso la Unión Cívica se escindió en dos partes. El sector que no aceptó el pacto con el gobierno se llamó “Principista”, aunque sus opositores lo denominaban “Radical”. Con el tiempo este nombre prevaleció y con ello nació la Unión Cívica Radical. Sus dirigentes más importantes fueron: Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Bernardo de Irigoyen, Juan B. Justo y Lisandro de la Torre, entre otros.
Los militares comprometidos con la acción revolucionaria, aunque algunos no llegaran a actuar, habían sido los generales Manuel Campos y Domingo Viejobueno junto con los coroneles M. Espina y Martín Irigoyen además de varios oficiales de menor rango. Un sector de la Marina de Guerra, también había aportado buques y cañoneras.
Aunque la llamada “Revolución del Parque” fracasó como tal, arrastró en su acción al ya debilitado presidente Juárez Celman, que renunció el 4 de agosto de 1890. Le sucedió su vicepresidente, el Dr Carlos Pellegrini.-
Las revoluciones radicales. Su actitud revolucionaria.
La Revolución del Parque instauró una nueva modalidad en la vida política que caracterizó al Partido Radical desde entonces ya que abrió un período de tumultos que se sucedieron en todo el país. El radicalismo se convirtió en una fuerza cuestionadora de la legitimidad de los gobiernos, considerándose con derecho a alzarse revolucionariamente en nombre del pueblo. En 1893 el partido de Alem impulsó, con diversos resultados, levantamientos en distintos lugares. Fue el pico más alto de esta oleada, y sirvió para que el radicalismo no solamente definiera sus cauces, sino también para que dos principales figuras, Alem e H. Irigoyen, se convirtieran, por mucho tiempo, en los líderes de ese partido cuyas banderas serían la abstención eleccionaria y la intransigencia. (Fuente: Suplemento N° 65 del diario La Nación , año 2006).
Como expresamos, 1893 fue el pico más alto de los movimientos revolucionarios. Así fue como el 29 y 30 de julio de ese año, estallaron ocho revoluciones en diferentes provincias del país. A excepción de la provincia de Bs. As., donde Hipólito Yrigoyen logró el derrocamiento del gobernador, el resto de los intentos fueron derrotados por las fuerzas gubernamentales.
En septiembre de 1893 la revolución de Leandro Alem en Santa Fe fue vencida por las fuerzas desplazadas al mando del general Roca y los principales promotores fueron detenidos en buques y luego deportados a Montevideo.
Caído Juárez Celman, Leandro N. Alem, creador de la Unión Cívica de la Juventud y considerado el padre de la Unión Cívica Radical, había sido electo senador nacional. Se había opuesto a la política oficial y organizado, desde su puesto y su partido, sublevaciones provinciales, hasta que el 1° de julio de 1896, a consecuencia de desavenencias internas y de sus continuos fracasos , se suicidó..
Hacia fines del siglo XIX, la modernización económica y la inmigración masiva modificaron la sociedad argentina. El “desierto” empezó a convertirse en la “pampa pródiga” y, la “ gran aldea”, en una ciudad con las características y los problemas de las otras grandes metrópolis del mundo. Ciudades como Buenos Aires y Rosario, y aun otras más pequeñas, como Córdoba, empezaron a contar con un mundo nuevo: el mundo del trabajo asalariado.
En ellas, como en ninguna otra parte, hubo una concentración tal de trabajadores que, naturalmente, se iniciaron las respuestas organizadas a los conflictos que ocasionaba la necesidad de satisfacer sus demandas. (Fuente: Suplemento N° 67 del diario La Nación, año 2006). De igual manera en las zonas rurales, los agricultores reemplazaron su modalidad habitual de individualismo, aislamiento y desconfianza, por la acción colectiva y la integración a una organización. Todo ello por la influencia de los inmigrantes arribados a ese ámbito, dando origen a algunos nucleamientos cooperativos.
Antes de ser gobierno, y a pesar de encontrarse teóricamente organizada a escala nacional la UCR poseía muy limitada fuerza fuera de Buenos Aires. Derrotada en todos sus intentos revolucionarios también fue perdiendo a figuras como Juan B. Justo, fundador más tarde del Partido Socialista, y Bernardo de Irigoyen, como producto de una nueva división y enfrentamiento con Hipólito Yrigoyen, cuya línea lideraba el partido con manifiesta actitud abstencionista e intransigente. Desde 1897 a 1904, la Unión Cívica Radical prácticamente desapareció como partido, casi durante siete años, oportunidad ésta en que también se alejó de la estructura partidaria Lisandro de la Torre.
Luego de estos hechos, el Comité Nacional del Partido Radical que había permanecido inactivo siete años, se reunió por primera vez, luego de ese parate, el 26 de febrero de 1904 con el “principal propósito” de indicar que la U.C.R. estaba nuevamente en la actividad política opositora y revolucionaria.
Prácticamente un año después, estallaron en 1905 revueltas simultáneas en Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe, Mendoza y Córdoba. La rápida acción de gobierno en el control de Buenos Aires logró evitar los planes previstos. De igual forma se impidió la toma de un arsenal en la provincia de Bs. As. y consecuentemente, la revuelta fue sofocada.
El Protagonismo de H. Irigoyen.
En 1909, todavía negándose a concurrir a las urnas y defendiéndose al mismo tiempo de los ataques de quienes argumentaban que el radicalismo carecía de programa, Yrigoyen escribía que:... “la Unión Cívica Radical no necesitaba una plataforma electoral porque no era un partido político sino la Nación misma”.
Yrigoyen, al año siguiente seguía expresando que la determinación de “no participar en el gobierno con el grupo que liderada era inmutable” hasta que hubieran elecciones garantizadas por una reforma electoral.
Esta se produjo , a través de la llamada Ley Sáenz Peña, aprobada en febrero de 1912 . En ella se establecía el empadronamiento permanente, el voto masculino (secreto, obligatorio y universal) y el sistema de lista incompleta por la cual se garantizaba a la primera minoría la participación en el gobierno.
A pesar de las reservas que seguían manifestando Yrigoyen y sus seguidores, el partido concurrió a elecciones en el mismo año y ganó en la Capital y Santa Fe. Ante esos resultados depuso su actitud abstencionista, razón por la cual se presentó a elecciones presidenciales en 1916 con la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna obteniendo, ellos solos, más votos que la suma de todos los conseguidos por sus tres oponentes juntos.
FIN DEL BOLETÍN 86.-
Breve historia del partido de la UCR.
La existencia de la Unión Cívica Radical, constituye una muy importante parte de la historia política de nuestro país. Su nacimiento y evolución marcaron hitos trascendentes, por cuanto su acción y participación, tanto como gobierno u oposición, siempre estuvieron presentes en los más importantes hechos de la vida de la República. del siglo XX.
A fines del siglo XIX, luego de un acto espontáneo y multitudinario en el denominado “Jardín Florida” ubicado en la intersección de las calles Florida y Paraguay de Buenos Aires, se creó la “Unión Cívica de la Juventud”, sobre la base de las ideas que expusieran las personalidades más importantes de las fuerzas opositoras al gobierno del Dr. Miguel Juárez Celman. Entre sus oradores estuvieron Aristóbulo del Valle, José Manuel Estrada , Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Posteriormente, esa agrupación política, abandonando el aditamento “de la juventud”, se organizó en todos los distritos de la Capital y en algunos pueblos bonaerenses.
Al decir del Dr. Arturo Frondizi: ... “muchas fuerzas opositoras se estaban gestando en el trasfondo de la opinión pública: católicos resentidos por la aprobación de leyes liberales; mitristas cansados de su largo ayuno político; gente que había perdido su fortuna en las especulaciones bursátiles; patriotas a quienes repugnaba el estilo despótico, centralista y antipopular del gobierno”.(“La Nación Argentina y sus Fuerzas Armadas” Ed, Militar 1992)
Luego del encuentro político que se llevó a cabo el 13 de Abril de 1890 en “El Frontón”, la“ Unión Cívica” nombró su primera Junta Ejecutiva integrada con personalidades muy representativas de la época. Finalmente se resolvió que sólo quedaba “el camino de las armas” y que el movimiento revolucionario debía ser “totalmente civil y basarse en comandos populares”. No obstante ello, conocedores que dentro del Ejército ya tenía existencia un grupo militar que conspiraba, Alem y A. Del Valle los entrevistaron y pactaron con ellos.
Finalmente, el 26 de julio de 1890, un grupo de civiles encabezados por Leandro Alem se hizo presente en el Parque de Artillería, tomando posesión de éste. El jefe militar del movimiento revolucionario era el general Manuel Campos, pero no alcanzó a actuar durante la revuelta en razón de su detención ocho días antes de que estallaran los enfrentamientos, debido a que el presidente Dr. Juárez Celman y su Ministro de Guerra ( el general Roca ) tuvieron conocimiento anticipado.
El alzamiento se desarrolló entre intrigas e infructuosas tratativas de todo tipo. Iniciados los hechos, todo lo hicieron desorganizadamente; sus jefes civiles eran improvisados. Se produjeron unos tres días de combates en los alrededores del “Parque”, extendiéndose también a otras zonas de Buenos Aires. Finalmente el intento revolucionario apoyado por la Unión Cívica fracasó.
Con ese fracaso la Unión Cívica se escindió en dos partes. El sector que no aceptó el pacto con el gobierno se llamó “Principista”, aunque sus opositores lo denominaban “Radical”. Con el tiempo este nombre prevaleció y con ello nació la Unión Cívica Radical. Sus dirigentes más importantes fueron: Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Bernardo de Irigoyen, Juan B. Justo y Lisandro de la Torre, entre otros.
Los militares comprometidos con la acción revolucionaria, aunque algunos no llegaran a actuar, habían sido los generales Manuel Campos y Domingo Viejobueno junto con los coroneles M. Espina y Martín Irigoyen además de varios oficiales de menor rango. Un sector de la Marina de Guerra, también había aportado buques y cañoneras.
Aunque la llamada “Revolución del Parque” fracasó como tal, arrastró en su acción al ya debilitado presidente Juárez Celman, que renunció el 4 de agosto de 1890. Le sucedió su vicepresidente, el Dr Carlos Pellegrini.-
Las revoluciones radicales. Su actitud revolucionaria.
La Revolución del Parque instauró una nueva modalidad en la vida política que caracterizó al Partido Radical desde entonces ya que abrió un período de tumultos que se sucedieron en todo el país. El radicalismo se convirtió en una fuerza cuestionadora de la legitimidad de los gobiernos, considerándose con derecho a alzarse revolucionariamente en nombre del pueblo. En 1893 el partido de Alem impulsó, con diversos resultados, levantamientos en distintos lugares. Fue el pico más alto de esta oleada, y sirvió para que el radicalismo no solamente definiera sus cauces, sino también para que dos principales figuras, Alem e H. Irigoyen, se convirtieran, por mucho tiempo, en los líderes de ese partido cuyas banderas serían la abstención eleccionaria y la intransigencia. (Fuente: Suplemento N° 65 del diario La Nación , año 2006).
Como expresamos, 1893 fue el pico más alto de los movimientos revolucionarios. Así fue como el 29 y 30 de julio de ese año, estallaron ocho revoluciones en diferentes provincias del país. A excepción de la provincia de Bs. As., donde Hipólito Yrigoyen logró el derrocamiento del gobernador, el resto de los intentos fueron derrotados por las fuerzas gubernamentales.
En septiembre de 1893 la revolución de Leandro Alem en Santa Fe fue vencida por las fuerzas desplazadas al mando del general Roca y los principales promotores fueron detenidos en buques y luego deportados a Montevideo.
Caído Juárez Celman, Leandro N. Alem, creador de la Unión Cívica de la Juventud y considerado el padre de la Unión Cívica Radical, había sido electo senador nacional. Se había opuesto a la política oficial y organizado, desde su puesto y su partido, sublevaciones provinciales, hasta que el 1° de julio de 1896, a consecuencia de desavenencias internas y de sus continuos fracasos , se suicidó..
Hacia fines del siglo XIX, la modernización económica y la inmigración masiva modificaron la sociedad argentina. El “desierto” empezó a convertirse en la “pampa pródiga” y, la “ gran aldea”, en una ciudad con las características y los problemas de las otras grandes metrópolis del mundo. Ciudades como Buenos Aires y Rosario, y aun otras más pequeñas, como Córdoba, empezaron a contar con un mundo nuevo: el mundo del trabajo asalariado.
En ellas, como en ninguna otra parte, hubo una concentración tal de trabajadores que, naturalmente, se iniciaron las respuestas organizadas a los conflictos que ocasionaba la necesidad de satisfacer sus demandas. (Fuente: Suplemento N° 67 del diario La Nación, año 2006). De igual manera en las zonas rurales, los agricultores reemplazaron su modalidad habitual de individualismo, aislamiento y desconfianza, por la acción colectiva y la integración a una organización. Todo ello por la influencia de los inmigrantes arribados a ese ámbito, dando origen a algunos nucleamientos cooperativos.
Antes de ser gobierno, y a pesar de encontrarse teóricamente organizada a escala nacional la UCR poseía muy limitada fuerza fuera de Buenos Aires. Derrotada en todos sus intentos revolucionarios también fue perdiendo a figuras como Juan B. Justo, fundador más tarde del Partido Socialista, y Bernardo de Irigoyen, como producto de una nueva división y enfrentamiento con Hipólito Yrigoyen, cuya línea lideraba el partido con manifiesta actitud abstencionista e intransigente. Desde 1897 a 1904, la Unión Cívica Radical prácticamente desapareció como partido, casi durante siete años, oportunidad ésta en que también se alejó de la estructura partidaria Lisandro de la Torre.
Luego de estos hechos, el Comité Nacional del Partido Radical que había permanecido inactivo siete años, se reunió por primera vez, luego de ese parate, el 26 de febrero de 1904 con el “principal propósito” de indicar que la U.C.R. estaba nuevamente en la actividad política opositora y revolucionaria.
Prácticamente un año después, estallaron en 1905 revueltas simultáneas en Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe, Mendoza y Córdoba. La rápida acción de gobierno en el control de Buenos Aires logró evitar los planes previstos. De igual forma se impidió la toma de un arsenal en la provincia de Bs. As. y consecuentemente, la revuelta fue sofocada.
El Protagonismo de H. Irigoyen.
En 1909, todavía negándose a concurrir a las urnas y defendiéndose al mismo tiempo de los ataques de quienes argumentaban que el radicalismo carecía de programa, Yrigoyen escribía que:... “la Unión Cívica Radical no necesitaba una plataforma electoral porque no era un partido político sino la Nación misma”.
Yrigoyen, al año siguiente seguía expresando que la determinación de “no participar en el gobierno con el grupo que liderada era inmutable” hasta que hubieran elecciones garantizadas por una reforma electoral.
Esta se produjo , a través de la llamada Ley Sáenz Peña, aprobada en febrero de 1912 . En ella se establecía el empadronamiento permanente, el voto masculino (secreto, obligatorio y universal) y el sistema de lista incompleta por la cual se garantizaba a la primera minoría la participación en el gobierno.
A pesar de las reservas que seguían manifestando Yrigoyen y sus seguidores, el partido concurrió a elecciones en el mismo año y ganó en la Capital y Santa Fe. Ante esos resultados depuso su actitud abstencionista, razón por la cual se presentó a elecciones presidenciales en 1916 con la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna obteniendo, ellos solos, más votos que la suma de todos los conseguidos por sus tres oponentes juntos.
FIN DEL BOLETÍN 86.-
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