El 5 de agosto de 1976, Monseñor Enrique Angelelli, falleció en un accidente de tránsito en la ruta 38, Km 1056 en La Rioja, como consecuencia del vuelco de una camioneta FIAT 125 perteneciente al Arzobispado, donde también se lesiona el Vicario que la manejaba, cura Arturo Aldo Pinto, hoy laico por haber dejado los hábitos.
Luego de las investigaciones judiciales de los hechos, incluyendo las pericias y la autopsia del cadáver, pudo conocerse que la muerte se produjo por expulsión del obispo al abrirse la puerta derecha por una brusca maniobra del conductor al irse a la banquina y pretender retomar , volcando el vehículo que dio varios tumbos a causa de un reventón en un neumático. En esa situació el Obispo cayó al asfalto, falleciendo por los golpes recibidos , sin existir ningún indicio ni sospecha de otro tipo de causal, ni existiendo ninguna objeción por parte de la fiscalía ni por los medios de comunicación social. Hay que dejar constancia que en su oportunidad prestó su conformidad con las investigaciones Monseñor Bernardo Witte, sucesor de Angelelli y quien, por orden del Papa, se interesó especialmente por las investigaciones ..
Siete años después, el obispo de Neuquén Monseñor Jaime de Nevares, en un acto recordatorio en el que también se encontraban Pérez Esquivel conocido activista de los DDHH unidireccionales y el sacerdote Antonio Pugjane ( posterior participante del ataque al RI 3 de la Tablada), expresó que Angelelli había sido asesinado. Su desinformación era tal que en la reunión de prensa hizo un relato carente de seriedad, tendencioso y con marcados fines ideológicos que en nada se compadecía con las investigaciones ni con la autopsia realizada.
Al día siguiente, 5 de agosto de 1.983, por esa denuncia se inició un expediente judicial en Neuquén
( Expte 22.139) y el Tribunal Superior de Justicia por razones de jurisdicción, lo envió a La Rioja.
Recién el 19 de julio de 1986, tres años después se inició en el juzgado Criminal y Correccional de Primera Instancia N° 1, a cargo del Dr Aldo Fermín Morales. Ëste, en su desarrollo – que sería largo detallar y transcribir- cometió una gran cantidad de anomalías ( Entre ellas como Juez interviniente no le tomó declaraciones al único testigo del accidente que se había presentado al Obispado y el que, al no ser llamado por el juez, declaró ante un escribano público) Además se tomaron declaraciones a otros testigos que resultaron falsos. Incluso hay constancias que el Fiscal Federal Luis R. Rueda al contestar vista de la causa en la Cámara Federal de Córdoba, observó al juez actuante por afirmaciones no comprobadas).
El 29 de julio de 1988, el diario La Prensa , publicó declaraciones del Obispo de La Rioja, Monseñor Bernardo Witte en donde éste expresa, en relación al aludido juez que había caratulado la causa como “Homicidio calificado y tentativa de…” “Nos sorprendimos que la muerte de Monseñor Angelelli haya sido caratulada de asesinato sin que se tengan las pruebas suficientes”….
Elevada la causa a la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, ésta en su resolución del 20 de abril de 1990 expresó: “La Corte Suprema de Justicia de la Nación atribuyó a esta Cámara Federal la “responsabilidad jurídica de conocer e investigar la verdad respecto al hecho que costara la vida de “Monseñor Enrique Angelelli………No obstante lo expuesto y todo lo actuado en autos resulta imposible “asegurar que el hecho haya sido consecuencia de un accionar doloso. Está probado que la muerte se “produjo a causa del accidente, pero a esta altura de la investigación que se considera agotada , no hay “elementos suficientes que permitan afirmar que el accidente haya sido provocado……..Por lo expuesto “……este Tribunal estima pertinente dictar el sobreseimiento provisional de la presente causa.”.
El 4 de agosto de 2005 se cumplieron 29 años de su muerte y una vez más, los desinformados y los interesados en nuestra fractura social, mienten tildando el desgraciado suceso como “asesinato” y pidiendo al Presidente de la República que se reabra la causa para continuar utilizándola a favor de sus necesidades ideológicas y en contra de la verdad y justicia que proclaman, que sólo lo son cuando los favorecen. En este caso la petición la realizó la ONG “ Encuentro Nacional por la Soberanía Popular” (?)
Después de casi 30 años, y a pesar de las pruebas acumuladas en las dos investigaciones ya descriptas el Poder Judicial decidió abrir nuevamente las investigaciones por pedido del Poder Ejecutivo Nacional.
Sorprendentemente, y para mayor confusión teniendo en cuenta lo actuado por el obispo Witte, en los periódicos se informa que las autoridades eclesiásticas apoyan esta nueva investigación.
Severo golpe a un grupo subversivo.
Con este título, el diario La Nación del 11 de septiembre de 1976, se refería a la desarticulación del grupo que asesinó al almirante Quijada, al profesor Genta , al profesor Sacheri, al comisario mayor Alberro y al juez federal Quiroga.
El Comando de Zona 1 difundió un comunicado sobre una operación militar antiterrorista realizada a fines del mes de agosto en una casa de dos plantas sita en la calle Lavalleja 168 de Capital Federal.
Durante el mismo se desactivaron varios explosivos colocados como “cazabobos” en distintos lugares del inmueble en donde se ubicaron varios talleres y depósitos, aunque no se ubicó al personal de terroristas que realizaban allí sus actividades.
En el lugar se encontró un taller de armado y reparación de pistolas ametralladoras “Carl Gustav”, un taller de electrónica para la confección de artificios para hacer detonar explosivos a control remoto y para armar y reparar radiotrasmisores. También se halló una imprenta de “nivel nacional” donde se imprimía, además de revistas y folletos, documentación falsa y un depósito general de publicaciones.
Un elemento de gran valor informativo fue un fichero donde estaban todas las acciones cometidas por la organización : “ERP 22 de Agosto” con detalles de fechas, lugares, víctimas, etc.
Asesinatos entre el 10 de agosto y el 9 de septiembre de 1976.
Cabo del Ejército Jorge A. Bulacio. Transitaba conduciendo un camión militar en la ruta nacional Nro 9 – en la Provincia de Córdoba, llevando apoyo logístico para otras tropas. Al ser requerido por una pareja de jóvenes que pedían auxilio mecánico, paró su vehículo para ayudarlos . Fue asesinado a sangre fría por terroristas de Montoneros., con disparos a su cabeza. Posteriormente incendiaron el vehículo .
El empleado civil del Ejército Francico Daniel Righetti. El 13 de agosto, se encontraba con otras personas recorriendo el barrio Alberdi de la ciudad de Córdoba, cuando uno de ellos creyó reconocer un terrorista buscado por el asesinato de del sargento primero Eligio Molina . Al ver que el vehículo se detenía bruscamente, el individuo, junto con otro, comenzó a correr disparando con sus armas. Al ser perseguido, arrojó una granada – de las fabricadas por Montoneros- matando a Righetti. El terrorista fue abatido e identificado como Rafael Angel Grimald ( “negro Lito”). quien tenía la jerarquía de “ oficial” de esa orgnización.
General de brigada Omar C. Actis. Era ingeniero militar y el 22 de 1973, se había retirado del servicio activo. El día de su asesinato, 19 de agosto, se desempeñaba como “Presidente del Ente Autárquico Mundial 78” y se desplazaba sólo por la calle Flores de la localidad de Wilde. Fue emboscado y muerto de varios disparos a través de las ventanillas de ambos lados, por tres o cuatro terroristas . Un transeúnte resultó gravemente herido.
Subjefe de la planta Fiat Concord de Córdoba : Carlos A. Bergometti. El 19 de agosto se dirigía a su trabajo cuando fue interceptado por dos terroristas de Montoneros quienes le dispararon, según testigos, con escopetas de repetición. Acto seguido pintaron su auto con consignas de la organización terrorista.
Teniente coronel Geofredo G. Peralta Astudillo. (De 73 años) Se había retirado del servicio activo el 6 de junio de 1951. El 2 de septiembre, en horas de la madrugada, se aproximaba a su domicilio en la localidad de Escobar, cuando fue interceptado por cuatro individuos, uno de los cuales le disparó si aviso, para luego huir todos en el automóvil en que habían llegado.
Subgerente General Banco de la Nación Argentina Daniel Andrés Cash. El día 7 de septiembre al salir de su domicilio, en el barrio de Palermo, para ir a trabajar en el subterráneo se le acercó un individuo que le disparó en la cabeza con una escopeta Itaka. Posteriomente le disparó dos veces más en su cuerpo. Al huir junto con otros, arrojó volantes de Montoneros.
FIN DEL BOLETÍN Nro 49.
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