martes, 2 de diciembre de 2008

B042- Montoneros en la guerrilla rural


Boletín de fecha 16 de noviembre de 2005


El PRT- ERP , luego de la Declaración Conjunta de Santiago de Chile del 25 de agosto de 1972 (ERP- Montoneros – FAR), inició una serie de contactos en busca de la unidad y/o coordinación entre ellos sin lograr ese objetivo debido fundamentalmente a que Montoneros, desde su nacimiento, pretendió infiltrarse-como “peronista”- en el Movimiento Justicialista para convertirse en su vanguardia y llevar a éste hacia el socialismo marxista , mientras que el PRT-ERP definido públicamente como marxista leninista, subestimaba al peronismo por considerarlo un movimiento reformista y no revolucionario.

En enero de 1974, como consecuencia del ataque a la guarnición militar de Azul, el distanciamiento se acentuó ante las críticas públicas de Montoneros por dicha acción armada, ya que como el presidente constitucional era J.D.Perón y todavía no se enfrentaban directamente al mismo, tuvieron que mostrar discrepancias hacia la acción del ERP. No obstante, las conversaciones entre ambas organizaciones se mantenían y a partir de la muerte del presidente, el 1° de julio, y el pasaje a la clandestinidad de Montoneros el 6 de septiembre, esas relaciones fueron en aumento..

En un Boletín Interno del ERP posterior, analizando la relación entre ambas organizaciones se reconocía que … “hace poco más de seis meses se retomaron las relaciones a nivel dirección de nuestro partido y Montoneros y ha habido positivos avances en las discusiones realizadas. Se abrieron perspectivas amplias para el trabajo unitario e incluso para la formación de un solo partido marxista-leninista y un solo ejército guerrillero en nuestra patria”

Montoneros decidido a abrir un frente rural, inicia actividades en Tucumán..

A principios de 1975, Montoneros destacó dos observadores al frente rural del ERP en esa provincia y creó una Unidad Básica de Combate Logística (UBCL) con la que apoyó a la Compañía de Monte “Ramón Rosa Jiménez”, proporcionando armas, medicamentos y refugio a los guerrilleros del ERP en forma regular. ( Libro “La guerrilla en Tucumán” de Eusebio G. González Breard ).

A principios de 1976, los efectivos montoneros que operaban en esta zona de la provincia, se calculaban en 30 combatientes, 150 a 200 militantes y un indeterminado número de simpatizantes.
También en esa época se tuvo conocimiento que la Unidad Básica de Combate (UBC) Oeste sería la encargada de formar la “Unidad de Monte” que operaría en Tucumán, la que había iniciado la tarea de reclutamiento de voluntarios entre solteros oriundos de provincias del NO argentino para facilitar su mimetización entre la población.

La zona de operaciones futura prevista fue el noroeste de Tucumán (noroeste de la Sierra de Medina y departamento de Burruyacu). Ya en la fecha señalada, se habían efectuado reconocimientos y preparados 40 asentamientos, que eran lugares en el monte preparados como campamentos futuros.
( posteriormente fueron destruidos por patrullas del Ejército, no encontrándose hombres ni pertrechos).

Por un encuentro imprevisto se produjo un enfrentamiento entre integrantes de la organización subversiva que cumplía tareas de reconocimiento y una patrulla del Ejército Argentino cerca de El Cadillal. Como resultado fueron abatidos varios integrantes del “Ejército Montonero” , entre ellos Juan Carlos Alsogaray, hijo del que fuera Comandante en Jefe del Ejército, General Julio Alzogaray quien, hacía un tiempo, había sufrido un intento de secuestro fallido en la vía pública a manos de Montoneros, donde militaban sus hijos.

A partir del descubrimiento por parte del Ejército Argentino de las actividades de preparación de la guerrilla rural por parte de Montoneros , la muerte de la patrulla de Alsogaray y la localización y destrucción de los 40 asentamientos en preparación, esa organización no pudo consolidar su presencia en la zona y el proyecto se desvaneció.

En realidad la presencia que Montoneros logró en la provincia fue de tipo político y en la ciudad ( con influencia en el sector universitario), mediante su gran capacidad de movilización y propaganda y un sólido respaldo financiero. Su acción más importante fue el atentado con explosivos al avión Hércules C-130 matrícula TC-62 de la Fuerza Aérea en el Aeropuerto “Benjamín Matienzo” de la capital tucumana cuando se encontraba desarrollando tareas de transporte de efectivos de la Gendarmería Nacional. ( Ver Boletín Nro 34)
El hecho ocurrió el 28 de agosto de 1975 y consistió en la detonación de una carga de explosivos de aproximadamente 150 Kgr. colocada en un canal de drenaje que atravesaba la pista en uno de sus extremos, ocasionando la destrucción e incendio del Hércules que transportaba 114 efectivos. En la oportunidad fallecieron 6 gendarmes, 22 sufrieron heridas y quemaduras de distinta consideración y de la tripulación de la Fuerza Aérea seis de sus integrantes padecieron lesiones y quemaduras.

Asesinato de dos gerentes de la empresa Bendix.

En la búsqueda de afirmar su actitud intimidatoria y con la finalidad de poner de manifiesto su enfrentamiento con las empresas extranjeras, el 29 de enero de 1976, durante el gobierno constitucional de María E. Martínez de Perón, un grupo entre cuyos integrantes se encontraban dos mujeres, luego de copar y reducir a la seguridad, irrumpieron en el establecimiento de Industrias Bendix, ubicada en la localidad de Munro de la Provincia de Buenos Aires.

Inicialmente preguntaron por el gerente general y al conocer que no estaba presente en el establecimiento, colocaron una bomba en su despacho y continuaron buscando por las oficinas de los otros ejecutivos, hasta que llegaron a la del gerente de Personal señor Jorge Sarlenga y a la del gerente de Relaciones Industriales señor Alberto Olavarrieta, a quienes por la fuerza introdujeron juntos en una oficina aledaña asesinándolos de inmediato con alevosía y sin que mediare resistencia por parte de los mismos.

Cuando se daban a la fuga, hicieron estallar el artefacto explosivo que habían colocado en la oficina del gerente general. Al llegar a la calle uno de los terroristas le disparó a un suboficial de la Policía quien de civil, intentó evitar la fuga de los mismos, matándolo. Según se conoció después, los asesinatos fueron cometidos por tres pelotones de la organización terrorista subversiva Montoneros.

Jorge Sarlenga vivía con su madre y Alberto Olavarrieta estaba casado con la señora Mariana Gil y era padre de 6 hijos.

Carta de un amigo.

El diario “La Nación” en su edición dominical del 6 de agosto de 2000, en su suplemento Revista, sección correo, página 12, publicó con el título “Se llamaba Jorge” , el siguiente texto:

“Se llamaba Jorge Sarlenga, tenía 30 años y era abogado. Sin trabajo por algún tiempo, consiguió, para “su desgracia, un empleo en la empresa Bendix. Lo nombraron jefe de personal. Jorge, amigo de mis “hijos, era un muchacho sano, normal, que solamente quería forjarse un porvenir en un trabajo decente. “No tenía sueños extraños, no aspiraba a que algún día no fueran necesarios los gobiernos, porque no era “un anarquista trasnochado, tampoco un lacayo del imperialismo, era sólo un empleado de una “multinacional, con 15 días de antigüedad; digo bien sólo 15 días.
“En enero de 1976 ingresó a su lugar de trabajo un grupo de jóvenes idealistas y pensantes con la “intención de matar al presidente de la empresa, ese asqueroso representante del capitalismo yanqui, pero “se encontraron con que éste no estaba presente en el lugar. Entonces, quizá en un rapto de idealismo, “lo ametrallaron a Jorge. Lo asesinaron porque sí. Fue una víctima de recambio. Era un inocente, pero así “era la justicia del pueblo” en esos días. No lo olvidemos nunca.
“No tenía una noviecita que llorara por él, pero sí una madre. Hoy la casa en que vivía está vacía, porque “su madre también murió. Murió de pena.” ( lo subrayado es nuestro)

Firmaba la carta : Jorge H. Dotto , DNI 5.106.242

FIN DEL BOLETIN Nro 42


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Es una serie informativa sobre acontecimientos de nuestro pasado reciente , destinado principalmente a quienes no los vivieron y para los que los olvidaron .
Su exposición no busca polemizar ni agraviar , sino lograr la concordia a través de la verdad y la equidad en el tratamiento de los dramáticos sucesos vividos en la década del 70 que vienen siendo parcializados y distorsionados mediante una campaña de mentiras y desinformación interesada.