martes, 2 de diciembre de 2008

B041- Ataque a una Unidad Logistica del EA


Boletín de fecha 09 de noviembre de 2005

El 23 de diciembre de 1975 el Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP , llevó a cabo un ataque al Batallón Depósito de Arsenales 601 “Domingo Viejobueno”, importante unidad logística del Ejército Argentino, ubicada en las proximidades de la localidad bonaerense de Monte Chingolo.

Con anterioridad a este suceso, el ERP había llevado a cabo otros hechos tales como la toma de Acheral en Tucumán, ( Bol. 39) y el ataque al Arsenal de Villa María, Córdoba (Bol.27), acciones que llevaron a sus miembros a la euforia inicial a la desazón posterior. Y decimos ésto, porque a los éxitos iniciales de cada caso, siguieron la persecución de las fuerzas legales, las bajas sufridas y por último, la recuperación por parte del Ejército de todo el armamento que habían logrado robar.

Si a esta situación, le sumamos el fallido y desastroso intento de ataque al Regimiento 17 de Infantería Aerotransportado de Catamarca (Bol. 27) por parte de la Compañía de Monte “Ramón Rosa Jiménez”, como así también la importante pérdida de armamento en Manchalá (Bol. 34), podremos comprender que la razón para lanzarse a una operación de la envergadura que iba a tener el ataque al Batallón “Domingo Viejobueno”, fue la necesidad imperiosa de obtener armamento.

Planeamiento.

Su principal objetivo era obtener veinte (20) toneladas de material bélico de esa unidad logística para poder mejorar rápidamente el equipamiento y desarrollo de sus estructuras armadas (Ver libro “Monte Chingolo” “La mayor batalla de la guerrilla argentina” del ex PRT-ERP: Gustavo Plis-Sterenberg.
- hoy reconocido director de orquestas sinfónicas- Ed. Planeta 2003; Pag. 82 ).

Los delincuentes terroristas desarrollaron una planificación detallada, concibiendo la conformación de un titulado Batallón “José de San Martín” que tendría su bautismo de fuego en esta acción. El mismo se conformaría con las llamadas Compañías “Héroes de Trelew”, “Juan de Olivera” y ”José Luis Castrogiovanni”. Luego se incorporarían también, combatientes de Córdoba y miembros de la Compañía de Monte “Ramón Rosa Jiménez”.

La planificación fue llevada a cabo por el “Comandante”Juan Eliseo Ledesma (NG: “Pedro”), quien se desempeñaba como “Jefe del Estado Mayor del ERP” y que, con anterioridad, había participado en el preparación y dirección de ataques a otras unidades del Ejército. Merece mencionarse que este terrorista, fue detenido por el Ejército juntamente con otros 11 integrantes del ERP, quince días antes de la fecha programada por Santucho para el ataque, siendo reemplazado por Benito Urteaga (NG: “Mariano”).

Este episodio generó discusiones en la cúpula de la organización terrorista acerca de la posibilidad que la operación fuera denunciada por los detenidos. No obstante, el convencimiento del nombrado Santucho de que Ledesma no los delataría, hizo que el plan desarrollado se mantuviera. Lo que no imaginaban era que hacía un tiempo, Inteligencia de Ejército había infiltrado un hombre que se estaba desempeñando en el área logística del ERP y que hábilmente conducido, iba tomando conocimiento de varias partes del plan – que aunque incompletas- servirían para detectarlo y tomar contramedidas.

Por su parte, Montoneros tiempo atrás había entregado al ERP información desfavorable sobre actividades sospechosas de un militante del ERP, Jesús Ranier, que antes había militado en las FAP ( Fuerzas Armadas Peronistas) pero, como no fue comprobada, no se tomaron las adecuadas medidas de contrainteligencia, error que les costó el fracaso del ataque y una enorme cantidad de muertos y heridos.
La operación estaba concebida como un “ataque principal” a la unidad del Ejército, junto con “numerosas acciones secundarias de interceptación” ( emboscadas) en las vías de acceso al lugar, con la intención de evitar o demorar los refuerzos previsibles de las fuerzas legales que convergerían para la defensa del cuartel atacado. También se previeron acciones menores de distracción y aferramiento en barrios o localidades próximas. Los efectivos aprestados y utilizados en esta acción de guerra fueron, según las propias manifestaciones del autor en el libro referido, de 300 ( trescientos) hombres y mujeres combatientes y las armas empleadas: de puño, fusiles automáticos, ametralladoras pesadas y morteros, incluyendo granadas de mano.

Ejecución del ataque.

El día 23 de diciembre a las 18.50 horas, los efectivos del ERP irrumpieron en el Batallón de Arsenales con un camión que embistió el portón de entrada (atropellando a un soldado) seguido por nueve automóviles y camionetas, atacando de inmediato la guardia del cuartel y comenzando un enfrentamiento armado. La defensa fue dirigida por el jefe de la unidad atacada, coronel Abud (uno de los grupos tenía como misión su secuestro), quien estaba alertado al igual que el resto de los defensores. Simultáneamente, otros delincuentes terroristas, atacaron desde diferentes lugares a los distintos objetivos previstos dentro las instalaciones.

En realidad los sorprendidos fueron los atacantes que no esperaban una respuesta tan rápida , contundente y totalmente organizada con armas automáticas desde varios puntos fuertes previstos dentro de la unidad. A las 20.00 horas las columnas de refuerzo de las unidades militares y fuerzas policiales estaban llegando y combatiendo con los grupos de retardo emboscados por el enemigo terrorista, al mismo tiempo que helicópteros y pequeñas aeronaves de la VII Brigada Aérea de Morón y del Comando de Aviación de Ejército, artillados y con reflectores, sobrevolaban el cuartel y zonas aledañas participando del combate.

A las 20.45 horas, un helicóptero con tropas aterrizó cerca de la guardia, mientras que un grupo terrorista instalado en un cruce de caminos era atacado por el Regimiento 3 de Infantería y la policía rodeaba el cuartel. En esos momentos el ERP, ante el fracaso de su objetivo y la gran cantidad de bajas que se producían, ordenó el repliegue, que se fue ejecutando al amparo de la oscuridad, desordenadamente y por distintos lugares del perímetro de la unidad atacada. A las 23.00 horas todavía había terroristas en distintos lugares fugando hacia el exterior. Varias horas después, el Comandante de la Xma Brigada de Infantería, presente en el lugar, ordenaba el rastrillaje del interior del cuartel y de los barrios aledaños en búsqueda de los terroristas escondidos y para ir reuniendo los muertos y evacuando los heridos que todavía estuvieran en el lugar.

Las bajas de ERP fueron 62 muertos y unos 25 heridos que fueron evacuados por sus compañeros según expresa el autor del libro ya mencionado, agregando 3 detenidos en los ataques de contención .
Las bajas de las fuerzas armadas y de seguridad fueron 2 oficiales, 1 suboficial y 3 soldados del Ejército, muertos. Además hubo 17 heridos de Ejército, 8 de la Policía Federal y 9 de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
También habría habido víctimas civiles, cuyo número no se pudo comprobar.

El ERP en una parte del comunicado difundido a posteriori, decía:

“Esta batalla librada por las fuerzas revolucionarias se enmarca en un proceso general de guerra prolongada, de varios años de accionar urbano y rural de las fuerzas guerrilleras. La guerra revolucionaria se ha generalizado en la Argentina” ( lo coloreado es nuestro).

Es necesario destacar que el fracaso de este ataque, que constituyó el mayor enfrentamiento en una sola operación entre terroristas y las fuerzas armadas, se debió a la acción de la Inteligencia de Ejército que, entre otras acciones, había logrado infiltrar en el ERP a Jesús Ramés Ranier , apodado “el Oso” que había militado en las “Fuerzas Armadas Peronistas” (FAP) y quien, con su camioneta, oficiaba de chofer y auxiliar del responsable de logística del “Estado Mayor Central del ERP”, Elías Abdón (“Capitán Martín”) y por ello fue logrando valiosa información que, procesada y completada por la unidad de inteligencia que lo conducía, permitió prever este importante ataque.

Después de la operación “el Oso” fue descubierto por los terroristas, detenido por ellos el 28 de diciembre, torturado , condenado a muerte el 13 de enero por un juicio revolucionario ( libro “La Voluntad” de Anguita y Caparrós) y muerto con dos inyecciones de veneno por quien se desempeñaba como médico de la “Compañía de Monte”( “Cap. Manolo”).

Este éxito militar de las Fuerzas Armadas de la República fue el verdadero detonante de la rápida declinación posterior del PRT-ERP que finalizó siete meses después , el 19 de julio de 1976, con la muerte de Santucho.

Además de los grandes titulares de diarios y revistas de la época, debido a la trascendencia de esta operación militar por el número de efectivos enfrentados, el objetivo previsto y los muertos en el combate, queremos destacar su tratamiento en el Senado de la Nación en la sesión del 29 de diciembre de ese año (1975), transcribiendo parte de la página 3640 del diario de sesiones , donde el Senador Perette de la Unión Cívica Radical expresó, además del pesar por las muertes ocurridas y el reconocimiento a las fuerzas armadas y de seguridad por los ataques que venían sufriendo por parte del terrorismo, lo siguiente:“..los hechos producidos en Monte Chingolo son de una extraordinaria gravedad y demuestran hasta que grado la guerrilla pretende atacar las bases esenciales de la paz interna de la República.”

FIN DEL BOLETIN Nro 41.-


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